El Bayern Múnich logró su quinto título de Liga de Campeones, tras haber perdido las finales de 2010 y 2012, al derrotar al Borussia Dortmund por 2-1, este sábado en el estadio londinense de Wembley, haciendo valer su condición de favorito en una final 100% alemana, gracias a un gol del holandés Arjen Robben, a menos de dos minutos para el final (89).
El croata Mario Mandzukic había adelantado al Bayern en el 60, pero ocho minutos después el Borussia logró el empate gracias a un gol de penal del turco Ilkay Gundogan (68), tras un falta dentro del área del defensa brasileño del equipo muniqués, Dante
El Bayern Múnich, que puede lograr esta temporada un triplete histórico si se impone el 1 de junio en la final de la Copa de Alemania al Stuttgart, marcó el tanto de la victoria después de que Robben recibiera un pase de tacón del francés Franck Ribery y engañara en su salida al portero Roman Weidenfeller.
Robben se convirtió en el héroe del Bayern al haber marcado el tanto de la victoria y dar la asistencia en el primer tanto a Mandzukic, que solo tuvo que empujar a la red un centro del holandés.
"Fue un partido muy disputado. En el último minuto, Franck (Ribery) me vio y me lanzó (de tacón) a un espacio", señaló Robben.
"Esto (el gol y el título) significa mucho para mí. No lo puedo creer. Aparecen muchas emociones. Mucha gente me había dicho que podía marcar un gol en la final y estoy tan feliz...", añadió el holandés de 29 años.
El equipo de Jupp Heinckes había ganado su última Liga de Campeones en 2001, al derrotar en Milan por penales al Valencia, tras haber conseguido las tres primeras en 1974, 1975 y 1976.
De esta forma, el Bayern se toma la revancha de la final perdida en 2012 en su propio estadio Allianz Arena cuando cayó por penales ante el Chelsea, y rinde homenaje al técnico Jupp Heynckes, que deja su lugar en el banquillo la próxima temporada al español Pep Guardiola.
Heynckes, que había ganado la Liga de Campeones con el Real Madrid en 1998, se convierte en el cuarto técnico que consigue el máximo título europeo de clubes con dos clubes diferentes.
El Bayern sube al tercer escalón en el palmarés de la Champions, junto al Liverpool (ambos con cinco títulos), detrás del Real Madrid (9) y el Milan (7).
El Borussia Dortmund tomó la iniciativa en los primeros minutos y fruto de ese dominio llegaron dos buenas ocasiones del equipo dirigido por Jurgen Klopp en el primer cuarto de hora, por medio de los polacos Robert Lewandowski y Jakub Blaszczykowski.
Hasta el 27 no llegó la primera ocasión del Bayern, con un cabezazo de Mandzukic, que fue despejado a córner por Weidenfeller, en un remate que también tocó ligeramente el larguero.
"Éramos favoritos pero sentimos la presión en los primeros 20 minutos. Poco a poco fuimos entrando en el partido y jugamos mejor. Hemos trabajado mucho para llegar a este triunfo", dijo Heynckes.
En la segunda parte, el tanto del Bayern no se hizo esperar. Ribery lanzó un pase a Robben, quien se fue un poco hacia la izquierda dentro del área, hasta la línea de fondo, cediendo el balón a Mandzukic, que solo tuvo que empujar el balón a puerta vacía. Se había cumplido una hora de partido.
Al equipo de Dortmund le bastaron ocho minutos para lograr la igualada ya que Gundogan marcó de penal en el 68, tras una falta dentro del área de Dante, que dio una patada en el vientre a Marco Reus.
El técnico del Borussia, Jurgen Klopp lamentó que Dante no viera la tarjeta amarilla en esa acción, lo que le habría valido la expulsión, tras haber sido amonestado ya en la primera parte.
"Debió ver una segunda amarilla. No sé lo que habría pasado a 11 contra 10", dijo Klopp
El Bayern pudo haber resuelto el partido en el 72. Thomas Muller dejó atrás al portero del Borussia y cuando Robben iba a empujar el balón en la línea de gol, surgió el defensa serbio Neven Subotic lanzándose a los pies del holandés y evitando de forma milagrosa el que parecía un tanto seguro del cuadro muniqués.
La jornada trigésimo séptima de la Premier League nos dejaba un partido dramático en el Emirates Stadium entre el Arsenal y el Wigan Athletic.
A dos partidos para el final de la temporada, ambos equipos necesitaban dos victorias para cumplir sus objetivos. Los ‘gunners’ tenían que ganar este encuentro para tener en su mano la clasificación a la próxima Champions League, si no ganaban, deberían esperar a que el Tottenham no hiciera lo propio en casa la última jornada.
Por su parte, los ‘latics’, después del sueño de conquistar la FA Cup sólo tres días atrás ante el Manchester City, volvía a la realidad de la liga. El equipo de Roberto Martínez necesitaba ganar los dos encuentros que tenía por delante para mantenerse en la Premier League, cualquier cosa que no fueran dos victorias significaría el descenso a segunda división del conjunto inglés.
FC Barcelona se ha proclamado matemáticamente campeón de la Liga española a falta de tres jornadas para el final tras el empate 1-1 del Real Madrid en el campo del Espanyol.
El equipo azulgrana se proclamaría campeón de liga si el Real Madrid, segundo en la tabla, no ganaba hoy de visita. El empate del equipo de Jose Mourinho permite al Barcelona ser campeón un día antes de jugar contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón.
A falta de tres jornadas y su partido de mañana, el Barcelona aventaja en siete puntos al Real Madrid, que, con solo dos partidos por delante, ya no puede alcanzar al equipo de Tito Vilanova.
VIGÉSIMO SEGUNDO TÍTULO
El Barcelona ha asegurado hoy su vigésimo segundo título de la Liga española de fútbol a falta de tres jornadas para el final del torneo.
Es el primer título de Tito Vilanova en el banquillo y el cuarto en las cinco últimas ediciones ligueras tras haberlo conseguido el pasado año el Real Madrid.
El conjunto azulgrana se sitúa a diez coronas del equipo madridista, mientras que el tercero en el historial es el Atlético de Madrid con nueve.
Alex Ferguson, leyenda del fútbol británico y mundial, se sentó por vez primera en el banquillo de Old Trafford cuando la repercusión de la información agitaba el interés de los aficionados a velocidades muy inferiores a las que ofrecen hoy las redes sociales, que en pocos minutos, desde la pasada madrugada, anunciaban por todo el globo que el manager del Manchester United se retira de ese banquillo que asumió cuando el fútbol todavía se jugaba en blanco y negro. El sello Ferguson no es solo parte de la excelencia de la marca United, sino que es una aportación ya eterna para el fútbol británico y mundial. Su palmarés está trufado de títulos, el último, la Premier 2012-2013, certificado hace unas semanas, para el Manchester que fue uno sin Ferguson y otro muy distinto con el escocés que fue nombrado Sir.
La disciplina llevada a su máximo exponente forma parte del libro de estilo de Sir Alex Chapman Ferguson (Govan, Glasgow, 31/12/1941). El escocés ha logrado para el Manchester United en los 27 años que lleva en el banquillo de Old Trafford más títulos que los que había conseguido la institución en los 108 años de historia previos a la llegada de Ferguson en noviembre de 1986. Entrenador de carácter, curtido cuando el fútbol se veía en blanco y negro, que aprendió de lo añejo del «football» británico, y en lo sucesivo caminó hacia los nuevos tiempos, aunque sin excesivo apego a lo más vanguardista. Evolución sí, pero mesurada.
El delantero Bobby McCulley del East Stirlingshire dijo sobre Ferguson que «nunca he tenido miedo de nadie, pero Ferguson era un bastardo terrorífico desde el principio». En aquel equipo menor de Escocia, que ni siquiera tenía un portero fijo, arrancó la carrera de Fergie en 1974; entonces cobraba cuarenta libras semanales. Impuso sus criterios que trascendieron a las ligas superiores. El St. Mirren fue su primer destino e hizo de un equipo de media tabla en la Second Division, campeón de la First en el 77. Con todo, un año más tarde fue despedido para recalar en el Aberdeen.
Fergie sustituyó a Billy McNeill en el banquillo de uno de los equipos más importantes de Escocia. El cambio no fue bien digerido al principio y no fue hasta 1980 cuando el rumbo se enderezó bajo la disciplina de Ferguson. El Aberdeen ganó la liga escocesa ese año. Desde ese momento el club creció tanto el país británico como en Europa, al tiempo que la reputación del sargento de Govan ganaba peso. Entre 1980 y 1986, el Aberdeen conquistó tres ligas, cuatro copas de Escocia y una Copa de la Liga, aunque el éxito de tarscendencia llegó en 1983 con la Recopa y la Supercopa de Europa.
