En dos horas y 21 minutos el manacorí hizo un partido casi perfecto, vengándose de la dura derrota de la Final del año pasado que le inflingió el de Belgrado. Imparable con su saque y sus derechazos, le jugó al serbio con agresividad y valentía, y le hizo sufrir en el fondo de la pista.
De esta forma Nadal consigue su sexto trofeo en Roma y su vigesimoprimer Masters 1000, y de las catorce finales que han disputado los dos tenistas, los números son 7-7. También de las tres finales que han jugado en esta temporada, Nadal le supera 2-1, ha ganado Montecarlo y Roma, mientras que el número uno del Ranking ATP se llevó la del Gran Slam del Open de Australia del pasado enero.
Con la victoria tan importante de hoy, Nadal parece dar un golpe sobre la mesa y vuelve a la senda invencible, a un nivel altísimo, en la que ningún tenista parece estar a su altura. Si es así, se comprobará en dos semanas en la tierra batida parisina de Roland Garros, su torneo preferido, el segundo Gran Slam de la temporada en el que intentará revalidar el título que consiguió el año pasado ante Roger Federer.
