Poco tardó en romperse la igualdad en el marcador ya que a los 9 minutos, el veterano Klose adelantaba a los suyos y reivindicaba su papel como el eterno '9' de su selección.
La maquinaria futbolística alemana no paraba y un cuarto de hora después el madridista Özil volvía a perforar la puerta de Gratzei, mientras que en el 28, Lukas Podolski dejaba el envite prácticamente sentenciado con el 3-0 que plasmaba la diferencia de nivel entre ambos conjuntos. A pesar de ello, Arnautovic daba vida a los de Dietmar Constantini al filo del descanso poniendo el 3-1 en el luminoso.
La segunda mitad comenzaría con una Alemania inconformista, que lejos de querer administrar su renta, la aumentaba por medio de Özil, que completaba su doblete haciendo el 4-1. Sin embargo los austriacos se resistían a tirar la toalla, y cuatro minutos después, Harnik alimentaba el sueño visitante.
Sin embargo a poco del final, Schurrle y Götze ampliarían poniendo el 6-2 definitivo en el luminoso, que hacía justicia con el excelso juego mostrado por los germanos.
